Un vino que apuesta por la autóctona garnacha. Un negro 100% garnacha "de montaña", procedente de viñas viejas de entre 60 y 70 años de edad, Elegante, intenso, fino, lleno de aromas y sensaciones ..., un vino que demuestra el gran potencial de este varietal a una DO donde se está apostando por variedades foráneas. Color cereza picota bien cubierto. De notable complejidad, con aromas de fruta negra y notas balsámicas, tostadas y cierta rusticidad que le imprime carácter.
Estructurado, sabroso, de taninos nobles ligeramente amargos, que se refuerzan con la aportación de la madera de calidad.